El increible escritor de "Un Grito Desesperado", Carlos Cuauhtémoc Sánchez, nos habla en esta magnifica obra sobre el amor de familia, nos lo presenta como un amor sin condiciones, al igual que el amor de pareja. Cuauhtémoc nos dice que aunque parezca contradictorio, los padres que creen en la frase de "nuestros hijos son lo único y lo primero" estan destinados a llevar a su familia al naufragio. Para él este es el error mas grave que suelen cometer los padres al desatender a la pareja por atender a los niños. Nos dice claramente lo siguiente: "Cuando se cultiva el amor incondicionalen el matrimonio, a los niños les va bien aunque no se hagan grandes esfuerzos para educarlos. La unión conyugal es la mejor educación. Los niños que la ven no tuercen su camino, se hacen juiciosos y sensibles, convirtiendose a su vez en fuentes de amor y mas temprano que tarde, fundan con alegría su propia familia.
Lo mejor que pueden darle a sus hijos es la oportunidad de contemplar el maravilloso paisaje que ofrece el amor incondicional. En la familia el amor incondicional se cultiva empezando por la pareja, los hijos se nutren de este amor, porque lo viven a diario.
Según este autor existen tres niveles de afecto. El primero es el "amor si...: te amo si eres bueno, si te portas bien, si haces esto...", el segundo es el "amor porque...: te amo porque te esfuerzas, te amo porque tienes sentimientos...", y el tercero y mas complejo es el amor ideal, ese amor que es incondicional, un amor que precisa de inteligencia. Este amor es el que se siente cuando decimos : te amo como eres, con tus virtudes y tus defectos.
